COMENZAMOS
Utilizaremos este blog como diario de aprendizaje en el curso MOOC-INTEF CULTURA MAKER.
Nos puede sonar algo raro este término o anglicismo que parece haberse puesto de moda en los últimos tiempos. Pero los "manitas" han existido siempre, algunos con algo más "maña" que otros, bien es verdad. En realidad esto es una actitud, la actitud de enfrentarse a nuevos retos y salir airoso de ellos. La verdad es que hoy día es tanta la información y posibilidades que tenemos que cualquier motivación o necesidad que tengamos la podemos satisfacer con tal de que investiguemos un poco.
En mi caso particular, creo ser de ese grupo de personas que me gusta tener siempre entre manos un nuevo proyecto, unas veces relacionado con mi actividad laboral de docente y otras en relación a mis hobbys.
En este sentido, me gusta investigar y formarme en capacidades, nuevas metodologías, herramientas, procesos... que pueda implementar con mis alumnos. Como sabemos, en muchas ocasiones nos tenemos que enfrentar a alumnos desmotivados con los que es difícil dar con la tecla para conseguir su atención o su interés, pues bien, creo que este curso me puede facilitar herramientas que me ayuden en esa labor con el alumnado. Las nuevas tecnologías nos facilitan bastante esta labor.
Por otro lado, parece que hemos perdido el gusto por fabricar cosas nosotros mismos con nuestro esfuerzo y nuestras propias manos. Creo que va siendo hora de reivindicar estas capacidades que parecen haber quedado abandonadas en un rincón y volver a implementarlas con nuestros alumnos que sólo parecen tener gusto por los vídeo juegos y las redes sociales. Cosas tan elementales como cambiar un enchufe o hacer una conexión a una tostadora que se ha estropeado, parece que no interesa a las generaciones jóvenes, por lo que pocos parecen saber ni querer aprender.
En fin, en mis tiempos cuando queríamos aprender lo primero que hacíamos era "destripar" los juguetes para ver qué tenían por dentro y de esta forma aprendíamos, aunque fuese a costa de romper esos mismos juguetes; podría decirse que eran daños colaterales o "fuego amigo" en el proceso de investigación y aprendizaje. Eran nuestras "prácticas" de ingeniería.
Nos puede sonar algo raro este término o anglicismo que parece haberse puesto de moda en los últimos tiempos. Pero los "manitas" han existido siempre, algunos con algo más "maña" que otros, bien es verdad. En realidad esto es una actitud, la actitud de enfrentarse a nuevos retos y salir airoso de ellos. La verdad es que hoy día es tanta la información y posibilidades que tenemos que cualquier motivación o necesidad que tengamos la podemos satisfacer con tal de que investiguemos un poco.
En mi caso particular, creo ser de ese grupo de personas que me gusta tener siempre entre manos un nuevo proyecto, unas veces relacionado con mi actividad laboral de docente y otras en relación a mis hobbys.
En este sentido, me gusta investigar y formarme en capacidades, nuevas metodologías, herramientas, procesos... que pueda implementar con mis alumnos. Como sabemos, en muchas ocasiones nos tenemos que enfrentar a alumnos desmotivados con los que es difícil dar con la tecla para conseguir su atención o su interés, pues bien, creo que este curso me puede facilitar herramientas que me ayuden en esa labor con el alumnado. Las nuevas tecnologías nos facilitan bastante esta labor.
Por otro lado, parece que hemos perdido el gusto por fabricar cosas nosotros mismos con nuestro esfuerzo y nuestras propias manos. Creo que va siendo hora de reivindicar estas capacidades que parecen haber quedado abandonadas en un rincón y volver a implementarlas con nuestros alumnos que sólo parecen tener gusto por los vídeo juegos y las redes sociales. Cosas tan elementales como cambiar un enchufe o hacer una conexión a una tostadora que se ha estropeado, parece que no interesa a las generaciones jóvenes, por lo que pocos parecen saber ni querer aprender.
En fin, en mis tiempos cuando queríamos aprender lo primero que hacíamos era "destripar" los juguetes para ver qué tenían por dentro y de esta forma aprendíamos, aunque fuese a costa de romper esos mismos juguetes; podría decirse que eran daños colaterales o "fuego amigo" en el proceso de investigación y aprendizaje. Eran nuestras "prácticas" de ingeniería.
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